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Watzlawick y Maturana, de la comunicación al amor

Actualizado: 3 mar 2021


Cada hogar debería tener una de esas cajas que dicen: “Abrase en caso de incendio”, pero en vez de tener dentro una manguera que apaga fuegos, podríamos tener ideas valiosas que nos ayuden a recordar aspectos esenciales de nuestra naturaleza humana, especialmente en momentos de crisis.


Somos diferentes.

El hechizo que sentimos por la atracción hacia otra persona, pone en pausa nuestras potenciales diferencias, no las notamos, sólo deseamos poseer y que nos posean. Sin embargo, el paso del tiempo trae confianza, esa clase de confianza que se construye en el diario convivir y que nos permite ser más naturales. Así, las almas gemelas, empiezan a parecerse menos, y surge la natural diferencia, pues somos seres subjetivos, desarrollados en contextos distintos y atravesados por una cultura.


Somos seres subjetivos, desarrollados en contextos distintos y atravesados por una cultura.

Esta natural diferencia entre humanos es la central eléctrica que alimenta los problemas de comunicación. Quien no lo tenga presente, sufrirá más de la cuenta. Por esto, echamos mano de Paul Watzlawick y Humberto Maturana, quienes nos ofrecen ideas valiosas para ver dificultades humanas, pero también, para encontrar salidas de emergencia.


Para muestra, bastan dos botones


1. Iguales y complementarios

La palabra pareja, proviene del latín paricŭlus, diminutivo de par, paris, que significa 'igual'. En ese sentido, se espera que la pareja consense todos los aspectos que afectan a ambos, desde tomar decisiones simples como “qué vamos a comer hoy” hasta las más complejas como “cuándo vamos a tener hijos”. Sin embargo, hay situaciones donde esta igualdad debe romperse, ya sea por conveniencia o porque beneficia a la pareja. Este juego de alternancia facilita el escenario de la comunicación y la relación misma. Uno de los problemas que puede surgir cuando esta variación se atasca y alguno toma una posición fija, es la competencia o a la dominación (Watzlawick, Bavelas, Jackson & Rosenblatt, 1967 pp. 65).


2. Lo que se dice y lo que se interpreta

Dependiendo de la posición que jueguen los miembros de la pareja (iguales, competitivos o dominados) las comunicaciones no sólo se entenderán por los contendidos (lo que dicen literalmente), sino por cómo es interpretada cada palabra que se dice. Por ejemplo, al hacer una declaración: “-Creo que te preocupas demasiado por lo que sucede entre mis hermanos, y yo”. La otra parte contesta indignada: - “¡Eso me pasa por meterme en lo que no me importa!, ¡pero será la última vez que me interesen tus cosas!” La interpretación revela el tipo de relación que existe entre los comunicantes. A veces podemos confundir la naturaleza de los conflictos, y creer que el problema está en los contenidos (lo que se dice) cuando el trasfondo del problema tiene que ver con el tipo de relación construida (Watzlawick, Bavelas, Jackson & Rosenblatt, 1967 pp. 66).


¿Cómo transformar estos inconvenientes de la comunicación?


Cultura de la dominación

No podemos negar la cultura que formó nuestras ideas de mundo, amor y relaciones.

La cultura dominante, llamada por Humberto Maturana, patriarcal-matriarcal (Maturana Romesín & Verden-Zöller, 2003 pp. 24) prefiere unas formas de vivir sobre otras. En ella, prevalece el espíritu de competencia, dominación y poder. El amor de pareja se vuelve una extensión de estas ideas, así, nuestro compañero es un enemigo a quien dominar, porque tarde que temprano querrá hacer lo mismo con nosotras, es cuestión de tiempo y de estrategia, el amor se vuelve la guerra.


Ética del amor y del convivir

Humberto Maturana, aporta mucho a la cuestión del convivir humano, el propone el camino del amor, no en un sentido romántico, o altruista, sino desde esa energía biológica que nos permitió sobrevivir como especie. Invita a la ética del convivir (Maturana, 1992 pp. 134), que implica la legitimidad incuestionable del otro, reconocimiento y respeto a las diferencias. Pero no se queda ahí, da un paso más, dice que el amor es la responsabilidad y la preocupación auténtica por el otro, porque el otro me representa a mí, a ti, y a los que vendrán. La aceptación y respeto de la diferencia es una condición necesaria para la buena comunicación.


De la comunicación al amor.

En la imaginación, donde todo es posible, surge una escena emocionante, a lo lejos distingo a Paul Watzlawick tomando café con Humberto Maturana. Don Paul platica apasionadamente sus ideas de la comunicación. Don Humberto, como el buen conversador que es, escucha atentamente, y en algún momento sugiere: “Quizá, mi querido amigo, una de las posibles salidas a esos problemas de comunicación que mencionas, sea que las personas aprendan una nueva pragmática del amor para la comunicación”. Watzlawick sonríe.

Bibliografía

  • Maturana Romesín, H., & Verden-Zöller, G. (2003). Amor y juego: Fundamentos olvidados de lo humano (1st ed.). México: J.C. Sáez.

  • Maturana, H. (1992). El sentido de lo humano (4ª ed.). Santiago: Ediciones pedagógicas chilenas, SA

  • Watzlawick, P., Bavelas, J., Jackson, D., & Rosenblatt, N. (1967). Teoría de la comunicación humana (1st ed.). Barcelona: Herder.

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